Faya


 Myrica faya Aiton (Faya) (Aiton) Wilbur

Reino: Plantae
División: Spermatophyta
Subdivisión: Magnoliophytina
Clase: Magnoliopsida
Orden: Myricales
Familia: Myricaceae
Género: Myrica
Especie: M. faya

Descripción:
Tronco: algo retorcido con cortezas muy rugosas. Los más antiguos se acorchan, pareciéndose un poco al alcornoque.
Hojas:  simples, oblanceoladas y coriáceas, de 4 a 12 cm de largo. La base es cuneiforme, bordes algo revolutos.
Flores: muy pequeñas que forman inflorescencias en amentos generalmente ramificados. Aparecen en invierno y primavera. Las masculinas, apretadas en pequeños racimos alargados, pueden llegar a dar un aspecto amarillento a las ramas, debido al polen. Las femeninas son menos visibles al estar algo escondidas bajo las hojas, éstas no se colocan tan apretadas como las masculinas.

Fruto:es una drupa de color rojizo-negro de hasta 8mm de diámetro. Su superficie es carnosa, áspera y cerosa.
Árbol pequeño de hasta 10 m cuyas hojas forman un denso follaje verde oscuro. Se trata de un ejemplar subdioico.

Reproducción:
Por semillas y brotes basales que surgen en torno a la base de los tallos viejos.

Ecología:
Árbol propio de la laurisilva atlántica. Es corriente localizarla en bosques y maleza forestal degradada de las islas occidentales y Grna Canaria. A menudo se encuentra en asociación con Erica arborea (Fayal- Brezal). Está extinguida en casi toda su totalidad en la isla oriental de Lanzarite, pudiéndose encontrar todavía algunos ejemplares en las Peñas del Chache. Muestra una gran valencia ecológica, pudiendo encontrarla en las formaciones más secas y en las más expuestas al viento. Esta especie protege el suelo durante su recuperación hasta que reaparecen especies de mayor porte. Se localiza a una altitud entre los 400 y 1500 m.


Ecosistema:
Monteverde.

Piso bioclimático:
Mesomediterráneo.

Distribución:
Es un endemismo macaronésico. En Las Islas Canarias se encuentra en Lanzarote (donde es muy poco frecuente), Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro.

Usos:
Sus frutos son comestibles y se conocen con el nombre de creces o fitos. Tras comerlos, dejan la lengua un poco áspera. Antiguamente, con las semillas se hacía una especie de gofio. Además, su corteza es buena para fortalecer las encías y los dientes débiles.
También es importante por su madera, que se puede aprovechar para construir pequeños utensilios domésticos así como cama para los animales.

Nivel de protección:
Esta especie, actualmente no se encuentra en ninguno de los catálogos de protección de especies, ni en el canario, ni en el estatal.

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